Una de las cosas más esenciales en las que debemos mantener un control es nuestra temperatura corporal. Y medir nuestra temperatura nos ayuda a identificar cuando tenemos fiebre. Es importante saber que la fiebre es un síntoma de que estamos enfermos o no nos sentimos bien. Usamos un termómetro para medir nuestra temperatura. Sin embargo, hay algunos errores comunes que cometemos al tomar la temperatura con un termómetro. Dichos errores pueden complicar la obtención de una medición precisa. En este artículo, ofreceremos algunos consejos útiles sobre cómo usar un termómetro correctamente para asegurarnos de obtener la lectura más exacta.
Cómo usar un termómetro
Es esencial lavarse las manos antes de comenzar a usar tu termómetro. Limpia bien tus manos con jabón y agua y sécalas con una toalla limpia. Evita usar alcohol o desinfectante para manos inmediatamente antes de usar el termómetro. Esto se debe a que estos productos pueden dejar un residuo en tus manos que podría afectar la lectura del termómetro. Cuando tomes tu termómetro, no toques la punta en absoluto. La punta es la parte que introduces bajo la lengua, en el oído o en la frente. Solo debes tocar el termómetro por el mango. Esto ayuda a mantener la punta limpia y asegura que obtengas una lectura que refleje con precisión tu temperatura actual. También es muy importante seguir las instrucciones que vienen con tu termómetro. Hay diferentes tipos de termómetros y es esencial seguir las instrucciones para obtener resultados de temperatura correctos.
Obtener la Temperatura Correcta
Al describir la temperatura, asegúrate de especificar la hora del día; la lectura de la temperatura debe estar dentro de un marco de tiempo específico para ser precisa. Los expertos dicen que debes tomar tu temperatura por la mañana, antes de comer o beber algo. Esto se debe a que tu temperatura puede fluctuar en respuesta a muchos factores, incluyendo lo que has comido o bebido, durante el día. Y también es mejor intentar medir tu temperatura a la misma hora cada día para poder monitorearte por cualquier cambio. No tomes tu temperatura inmediatamente después de bañarte o ducharte, ya que puede dar una lectura falsa. Al tomar tu temperatura bajo la lengua, necesitas cerrar la boca. De esta manera, el termómetro puede leer tu temperatura corporal más precisamente, lo cual es realmente crucial para saber cómo te sientes.
Diferencias entre los diferentes tipos de termómetros
Sencillamente, no todos los termómetros son iguales, y el modo de usar cada uno correctamente varía. Los termómetros digitales y los termómetros de mercurio son dos grandes clasificaciones de termómetros. Los termómetros digitales son muy comunes porque muestran números en una pantalla, por lo que son fáciles de leer. Se pueden utilizar de varias maneras, incluyendo bajo la lengua, en el recto o bajo el brazo. Por otro lado, los termómetros de mercurio tienen una escala que debe observarse con atención. Se aplican típicamente sublingual o intravaginalmente. Por eso debes tener mucho cuidado con un termómetro de mercurio porque puede romperse fácilmente. No lo uses si el termómetro de mercurio está agrietado o parece dañado. Esto es extremadamente importante para tu propia seguridad.
Errores comunes que debemos evitar
Los usuarios toman su temperatura demasiado pronto, uno de los mayores errores que las personas cometen. Deberías dejar el termómetro en su lugar durante al menos dos minutos, dicen los expertos. Permitir suficiente tiempo para que el termómetro tome una lectura precisa de tu temperatura corporal. Si lo retiras demasiado temprano, es posible que no estés obteniendo el número correcto. Otros también malinterpretaron el uso del termómetro o lo colocaron en la ubicación incorrecta. Asegúrate de revisar las instrucciones que vinieron con tu termómetro para asegurarte de que lo estás usando correctamente. Es mejor tomarte tu tiempo y hacerlo bien que apresurarte y obtener una lectura incorrecta.
Limpieza de tu termómetro
Limpiar tu termómetro es vital para asegurar que funcione de manera segura y efectiva. Puedes limpiarlo fácilmente con desinfectante, jabón y agua. Asegúrate de limpiar tanto el mango como la punta del termómetro con un paño limpio antes y después de usarlo. Esto reduce la probabilidad de transferir gérmenes de un uso a otro. También es crucial mantener tu termómetro en un lugar seco y limpio. No lo almacenes cerca de fuentes de calor ni en luz solar directa. Estas condiciones pueden dañar el termómetro y comprometer su precisión. Puedes ayudar a que tu termómetro sea preciso y tenga una larga vida cuidándolo adecuadamente.